Se diseña una marquesina creando un bosque conceptual de piezas de hormigón y GRC, formado por componentes exentos a modo de árboles. Con una pirámide invertida por copa, éstos se superponen variando sus alturas para cubrir la superficie necesaria para el peaje, logrando una imagen icónica a modo de oasis de sombra, cobijo e hito en el camino de la autovía.