La ubicación propuesta para la escultura creada es el borde norte del acantilado, con una magnífica panorámica frente al mar. La zona ha sido escogida por encontrarse en un estado natural, sin apenas alteraciones por la intervención humana. Ofrece un marco incomparable, en el cual la escultura se percibirá como un elemento integrante del lugar, como un hito singular que invite a permanecer un momento en ese punto para contemplar la belleza de un paisaje privilegiado, como citando al visitante al encuentro con una naturaleza majestuosa.