El edificio de administración se proyecta como un contenedor altamente zonificado de acuerdo con las exigencias del programa, mostrando gran polivalencia y flexibilidad en su distribución funcional. Compositivamente, un zócalo de pizarra caracteriza su encuentro con el terreno, elevando el volumen principal, que viene rematado por una dominante cubierta con un voladizo de hormigón cuya forma en sección transmite al exterior la idea de ligereza, a pesar del carácter generalmente masivo del material. El edificio de mantenimiento, con una nave diáfana para la manipulación y reparación de maquinaria, y el de control de peaje, trabajan sobre los mismos elementos compositivos para dotar de unidad al conjunto, adaptando eficazmente sus espacios a la función prestada.