Con un diseño original del arquitecto Rafael de La-Hoz, la configuración del conjunto arquitectónico de la facultad, basada en un sencillo pero eficaz sistema creado mediante la repetición de varios elementos: torres, módulos y un eje central integrador, recreaba un entorno urbano mucho más amable que el que se fue desarrollando con la adición de algunos de los edificios anejos en intervenciones posteriores. La intervención, que incluye la construcción de un Nuevo Aulario, y la reforma y ampliación de uno de los módulos y la cafetería, se plantea como algo mucho más ambicioso. Como una oportunidad de redescubrir y poner en valor el edificio original para crear una estrategia que permita ésta y futuras nuevas ampliaciones bajo un mismo guion director, siguiendo las premisas de sostenibilidad y alta calidad arquitectónica y medioambiental.